sábado, 27 de octubre de 2012
Bajo un árbol de taparas X (final)
Estoy cerrando un ciclo venezolano bajo el signo y la protección del Árbol de Taparas que crece en el barrio 23 de Enero de Caracas, y no de otro, que pudiera nacer y crecer en aquella tierra de basto señorío.
Ese arbusto, el verde y el oro de sus hojas, su voluntad de estar y de ser, la fidelidad a la sombra y al fruto por venir, marcó mi descubrimiento de un territorio en toda su intensidad y dimensión maternal.
Uno usa palabras y en ocasiones ignora que cada una de ellas tiene peso, historia, resonancia, y que cuando decimos, por ejemplo, “patria” seguramente estamos indicando la condición masculina y potente, cuando lo queremos es hablar del útero, la caverna, el seno, las aguas primigenias, que son esencialmente femeninas. Queremos, entonces, hablar de la matria.
Aquel árbol, ese, en medio de un barrio bravo y pobre, fue la puerta de entrada al misterio genitivo de un país al que creí conocer, más ignoraba. Su condición femenina me enamoró y pude verlo con ojos resucitados, gloriosos.
Más que llanero, más que güaro, más que cubano-venezolano, que fueron mis razones iniciales, ahora me siento ínsula engendrada en la raíz, en el extremo pivotante, de un arbusto que parece infértil, pues no hay huellas de sus frutos, ni nadie los menciona, pero que todos saben fue trasplantado desde el Paraíso hasta aquella tierra, fundada no del barro y la costilla sino por la sangre, el sudor y los sueños.
Razones, sin razones, conectan a esa planta con el rectángulo de San Juan de Dios, en Puerto Príncipe, Camagüey; y de allí arranca mí avatar entre las aguas del Tínima y del Hatibonico, hasta ser arrancado, de entre las malanguetas orilleras, para luego consagrarme, en pobreza, ante la imagen de una Virgen sola que contempla el grito de su hijo en otro árbol, invertido.
Soy el fruto, el vástago del árbol del 23 de enero.
Este es mi homenaje a su maternidad. Esta mi gratitud por su ofrecimiento. Esta mi brevedad y silencio ante una Venezuela matria, árbol y destino.
Así sea.
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